Islas Galápagos en familia

Hace unos días volvimos de nuestro viaje por Galápagos. Cuando lo estábamos organizando nos surgieron muchas dudas, es un destino que nos parecía arriesgado para ir con un bebé, y no hay mucha información por la web ya que la mayor parte de la gente que conoce las islas lo hace a bordo de un crucero, y nosotros queríamos explorarlas por nuestra cuenta. Pero ahora que estamos de vuelta repetiría sin dudarlo, así que lo recomiendo 100%. Jose disfrutó como un loco, y nosotros, aunque volvimos cansados, nunca olvidaremos todo lo que vivimos. Espero que esta entrada sirva de ayuda para todos aquellos que estén por decidirse a viajar, sea con niños o sin ellos.

Para ir a Galápagos hay que hacer escala en Ecuador, la opción más sencilla es hacer noche en la ciudad de Guayaquil y a la mañana siguiente volar a las islas. Hay dos aeropuertos de entrada: en la isla de Baltra (el más frecuentado) o en la isla de San Cristóbal. Nosotros volamos con LAN a San Cristóbal. Este fue nuestro itinerario:

- Guayaquil- San Cristóbal
- 3 noches en San Cristóbal
- S.Cristóbal- Isabela
- 3noches en Isabela
- Isabela- Baltra (en Baltra hay que coger un barco de unos 10 minutos que te lleva a Santa Cruz)
- 3 noches en Santa Cruz
- Baltra- Guayaquil

Llegamos al diminuto aeropuerto de San Cristóbal emocionados y con ganas de disfrutar. Lo 1º que nos emocionó al llegar fue escuchar desde la habitación del hotel el sonido de un lobo marino, ¡todo el paseo del pueblo estaba lleno de lobitos! Una maravilla.

Las playas de aguas cristalinas, a veces para nosotros solos con los lobitos. Jose disfrutó tanto como nosotros! Y lo mejor es que también te podías encontrar alguna tortuga marina en el agua.

 Con un taxi nos fuimos al centro de crianza de tortugas, impresionante ver a esas enormes tortugas a tu lado...

Las amigas iguanas también estaban por allí, descansando sobre las rocas...

Y las crías de lobo marino buscaban a sus madres para mamar, sobretodo al atardecer...

Nos turnábamos para nadar y hacer snorkel, Jose se quedaba en la orilla saludando con la mano. El color del mar allí impresiona...

Esta es la avioneta que nos llevó a la isla de Isabela. Teníamos miedo que se moviera mucho, pero la verdad que fue genial, se movió más o menos lo mismo que un avión. Jose estuvo tranquilo los 30 minutos que duró el vuelo.

 Y al llegar a Isabela nos esperaban más playas paradisíacas...

 Por supuesto que al ir con un bebé no todo es hacer turismo, también hay tiempo para jugar! Es una forma diferente de viajar, conoces más a la gente local, lo haces todo con mucha más calma...

 A todos los que viajéis con niños pequeños os recomiendo un portabebés ergonómico. Nosotros a Galápagos no nos llevamos sillita ni nada parecido, y gracias a la mochila (manduca) estuvimos los tres muy cómodos.

 En Isabela nos montamos en la barca con un pescador local y su sobrino, que nos llevaron a ver tiburones, tortugas marinas y más iguanas. Toda una experiencia hacer snorkel con las tortuguitas.

Y rumbo a nuestra última isla: Santa Cruz. Esta es la más turística de todas, y tanto mi marido como yo coincidimos en que de haberlo sabido la hubiéramos borrado de nuestro itinerario. Tiene playas bonitas y puedes ver lobos marinos, tortugas, iguanas y más animales; pero nada que no hubiera en las otras dos islas.